El poder de la cocreación es una consecuencia de escucharse a uno mismo, de buscar esa voz interior que surge de cada uno de nosotros cada vez más fuerte y más nítida para seguir nuestro propio camino. El camino hace que cada uno de nosotros entendamos qué contar, qué vivir y qué compartir. Cuando nos escuchamos a uno mismo, no sabemos porque al final todo lo de alrededor fluye. La gente se acerca, se interesa… Hay que dar mensajes humanos, desde el corazón para poder compartir vivencias satisfactorias. La co-creación empezó como una voz pequeña que se convirtió en una idea que a día de hoy se comparte entre mucha gente. Tuvo lugar en el 2012, donde surgió una situación interna, individual, con una etapa llamada “Yo soy” que provocó libros, movimientos… que han ido integrando desde el yo soy, al somos. Es decir, a la integración de todas las conciencias y creencias que hay en el mundo. La co-creación es completamente espiral ya que abarca a todo el mundo, no deja indiferente a nadie.
El año del cambio
Al 2020 le viene un nuevo cambio y dejar el egoísmo de la lado. Hay que entender que hay un propósito individual y otro colectivo. Hay que entender la unidad y poder trabajar lo individual para poder unirse al colectivo. Como grupo la única forma que tenemos para llegar a Dios es la co-creación. Nuestros ancestros lo intentaron, pero no lo consiguieron. Construyeron la torre más alta para llegar a Dios, per se hundió. Han habido guerras. Civilizaciones muy evolucionadas lo perdieron todo porque vinieron otros a matarlos y decirles: no, lo tienes que pensar como yo, o seguir a Dios de esta manera… De manera que la historia ya nos ha enseñado que los humanos hemos cometido errores por pensar individualmente y no ayudar a los demás. Entonces, si tenemos un plan como almas a ayudar a la evolución del planeta, hay que aprender a trabajar el propósito individual para entender que hay otro más grande. Pero, para ayudar a los demás, hay un empoderamiento personal que se tiene que comunicar con otro empoderamiento grupal. Compartiendo nuestros caminos individuales, crearemos una comunidad vecinal que crea el orden. Es una nueva era de luz que nos ilumina a todos.
Se viene una conciencia más real que se abre. Hay que hacer una mirada dentro y otra para fuera para saber donde nos encontramos. Lo natural es la comunicación. Cuando la conciencia pierde la forma natural de comunicarse, de ser, es porque crees que hay un otro separado de ti que es diferente a ti. Esto ocurre cuando la mente se identifica a los sentidos físicos, pero si nos abrimos a la eternidad que late en lo profundo, empieza a haber una percepción distinta de lo que vemos. Entonces empezamos a sentirnos unidos, conectados, a todo lo que late y vive de tu propio ser. Como lo que realmente somos es amor, solo puede nacer el tratarte con cariño y ternura, y eso es recuperar lo que realmente somos. Estamos presenciando una decisión y recorriendo esa resolución que hemos tomado como el gran ser que somos.
Estamos en un momento que después de muchos años de estar para uno mismo, de repente, hay una explosión de conciencia y de luz. A medida que internamente vamos soltando las mentiras que nos hemos contado como que nos tenemos que defender de los demás porque nos pueden atacar, empezamos a habitarnos más en casa. Ya que cuando nos abrimos a que somos inocencia, nos sentimos más a gusto. Cuando estamos bien, el tiempo pasa más rápido aún, así que vamos a disfrutar de donde estamos, ser agradecidos y hacer todo con amor y respeto, sin esperar nada a cambio.