El apego emocional es un tipo de vínculo específico dentro de las relaciones afectivas, de naturaleza social. Esto supone la búsqueda de protección, cuidado, seguridad y bienestar dentro de una relación. Se puede dar tanto en parejas, niños, familiares y en general, en personas cercanas a tu persona.
Uno de los errores más frecuentes que cometemos cuando estamos en una relación es el apego emocional. Esto se trata de la dependencia que se crea entre dos personas y que hace que no podamos ser 100% independientes y fieles a nosotros mismos. Hay que ser conscientes que la felicidad no puede depender de estas personas. Esto puede resultar un arma de doble filo, sobre todo, si hablamos de un entorno de pareja, ya que si la relación termina, y tenemos muy apego a esta persona, y nuestra felicidad depende de nosotros, podemos sentirnos vacíos y deprimidos, y el proceso de sanación puede ser muy complicado, ya que le daremo la culpa a esa persona, cuando realmente el problema es tuyo, por no estar bien contigo mismo.
Cuando llega una persona, sobretodo una pareja sentimental, esta nos está enseñando una parte de nosotros. A través del amor incondicional nos pueden decir cosas muy directas sobre nosotros, pero con el amor no lo ves igual, y se tiende a no hacerle caso. Esa persona es un reflejo de tu persona, y hay que hacer cosas de las que te diga, y aceptarlas. Todo resulta un proceso de aprendizaje, y es muy importante darse cuenta de estas cosas, para poder corregirlas y evolucionar.
Los que no saben estar solos, se aferran a cualquier persona, y a menudo esta suele ser tóxica para nosotros. Estas personas normalmente son personas que no saben estar solos, no saben estarse quietas en casa… eso es porque tienen algo dentro que no quieren ver, y de esta forma huyen de la realidad.
¿Qué es una persona tóxica?
Las personas tóxicas son personas que no han madurado emocionalmente, normalmente se trata de gente muy insegura y egoísta, que necesitan estar cerca de otra persona, para tener una relación, donde absorben la energía de la otra persona, y así descargar su frustración. Así convierten a su víctima en una terapia barata particular, invadiendo sus límites y centradas en fijarse en sus defectos y en la parte negativa de las cosas para compensar sus carencias e inseguridades y así sentirse mejor consigo mismas, sin aportar casi nada positivo a la relación. Por eso las personas tóxicas acaban por molestar a menudo a su víctima, que termina experimentando emociones negativas y agotamiento, sintiendo que se consume su energía y alegría. Cuando después de estar con alguien nos sentimos estresados, frustrados o sentimos alivio cuando nos quedamos solos, estamos ante una persona tóxica para nosotros.
¿Cómo detectar a personas tóxicas?
Las personas tóxicas suelen ser egocéntricas, hablan continuamente de ellas y en exceso. Solo prestan atención a ellas mismas, y se alimentan de tí, son un agujero negro de tu vida.
Estas personas a más a más suelen tener una visión pesimista de la vida, ya que sus palabras están llenas de actos destructivos. Son los típicos que sacan el lado oscuro a todo lo que les propongas o les cuentes a través de sus críticas y quejas continuas. Asimismo, nada puede ser tan complicado como alcanzar un objetivo o realizar cualquier tarea junto a este tipo de perfil.
Cuando mantienes una relación con estas personas, ellas se ocupan de ocupar el rol de víctimas, para así tener el centro de atención, y proseguir con con los puntos anteriores. Lo único que te proporciona esto es un desgaste de energía, dejaras de tener tiempo para tí…
Son personas que no tienen empatía. Si quieres detectar si la persona es tóxica, debes calibrar tu estado emocional, y ver cómo esa persona reacciona al respeto. Estas son expertas en sabotear tu autoestima, carecen de empatía y te acabarán destruyendo a ti. No solo no son capaces de calzarse en los zapatos ajenos, sino que además, no tienen intención alguna de hacerlo. Ellos son el centro de atención y tu solo estas en su órbita.
«En una relación tóxica siempre existe un tono constante de crítica y tensión. Este comportamiento se origina ya en el seno familiar: si una persona ha sido educada por padres excesivamente críticos y han sido testigos de esta actitud en repetidas ocasiones, ya están acostumbrados a las críticas. Además, estas personas están predispuestas a provocar el mismo tipo de toxicidad en generaciones venideras».
-Bonnie Kennan-
Si quieres detectar a las personas tóxicas atiende ese sentimiento que les destruye y carcome por dentro: la envidia. Desear lo que no se tiene y odiar a quien tiene aquello que se anhela, es una fuente de sufrimiento y de inmadurez absoluta. Es además el motivante de muchas conductas agresivas. Aparecen los desprecios y esos odios donde se halla camuflado esa sensación, la de la envidia que lo devora.
Las personas con comportamientos tóxicos no son felices. Quienes viven este tipo de actitudes y comportamientos no entienden de inteligencia emocional. No se responsabilizan de sus actos ni de los efectos de los mismos. Se frustran con facilidad, no manejan la envidia, no saben canalizar su ira, no entienden sus tristezas… Carecen de esa solvencia emocional con la que poder invertir en bienestar y felicidad.
Por último, si esa persona no se alegra por tus logros alejate de ella, porqué no te dejará avanzar en tu vida.