Hoy, 23 de abril de 2020, es Sant Jordi. Para quienes no sepan la historia, dejadnos mostraros una vieja fantasía llena de rosas.
LA LEYENDA
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en Montblanc (Tarragona) un feroz dragón capaz de envenenar el aire y matar con su aliento, tenía atemorizados a los habitantes de la ciudad. Los habitantes, asustados y cansados de sus estragos y fechorías, decidieron calmarle dándole de comer a una persona al día elegida por sorteo. Después de varios días, la mala suerte le tocó a la princesa. Cuando la princesa abandonaba su hogar y se dirigía hacia el dragón, un caballero llamado Sant Jordi, con brillante armadura y caballo blanco, apareció de repente para ir a su rescate. Sant Jordi alzó su espada y atravesó al dragón, liberando por fin a la princesa y a los ciudadanos. De la sangre del dragón brotó un rosal con las rosas más rojas que jamás se habían visto. Sant Jordi, triunfante, arrancó una rosa y se la ofreció a la princesa.
Esta historia tiene mucho peso para los catalanes pues es una celebración que año tras año ha ido pasando por todas las generaciones. Todos los 23 de abril, el chico regala a la chica una rosa, mientras que ella regala un libro. Tal y como cuenta la leyenda, el caballero le regaló a la princesa la rosa que había florido tras vencer al dragón, pero la realidad, es que a día de hoy, no importa el género porque las calles se llenan de flores, acompañadas de libros para regalar a un amigo, a una amiga, a tus hermanos, a tu pareja, a ti mismo… da igual a quién, mientras todo el mundo tenga el verdadero regalo, el de poder ver las calles adornadas por tanto amor.
Pero ahora, vamos a hablar sobre el origen de la tradición. En Cataluña, la idea de regalar una rosa se remonta en el siglo XV, sin saber el motivo, tal vez por la leyenda. En el siglo XVII, en cambio, se dice que todas las mujeres que asistían a la misa del 23 de abril eran recibidas con una rosa, regalada en la capilla de Sant Jordi del Palacio de la Generalidad de Cataluña. Sin embargo, el origen del libro es reciente en comparación al de la rosa, pues proviene del Real Decreto aprobado por Alfonso XIII en 1926, que originalmente fue declarado el 7 de octubre la Fiesta del Libro Español. Como todo, tiene un pero, pues en 1929, durante la Exposición Internacional de Barcelona, diferentes librerías colocaron puestos en las calles, con mucho éxito que se decidió cambiar la fecha del Día del Libro al 23 de abril, instaurándose en 1930 como el Día del Libro en Cataluña. Además hay mucho peso en ese día ya que ese mismo día del 1616 murieron Shakespeare y Cervantes, dos grandes dramaturgos.
23 d’abril 2020. 8h. Sant Jordi. La Rambla de Barcelona. pic.twitter.com/dctczldcfk
— Marc Garriga (@marga_riga) April 23, 2020
Como habrás leído anteriormente, la diada de Sant Jordi es una celebración muy consolidada y querida por los ciudadanos, ya que salgas a la hora que salgas a la calle, siempre vas a encontrar una parada de rosas con gente con sonrisas deslumbrantes. A medida que corren los años, es típico que los autores y las autoras de libros salgan a las puertas de las librerías a firmar a sus lectores acompañados de rosas por todos los rincones. Pero este año, es diferente. Debido al coronavirus, no hay ninguna calle adornada de flores, ni paradas de libros, ni niños saliendo a vender, ni aglomeraciones lentas, en definitiva, no hay movimiento. Las calles están desiertas, vacías, pero con luz. Una luz que nos alumbra por la ventana para que podamos leer. Porque tal vez no tenemos rosas en las calles, pero tenemos libros que podemos leer al sol, y si no tenemos compañía, estamos equivocados porque un libro es más que papeles decorados, es una historia que está deseando comenzar, que te acompaña durante todo el viaje y, quizás, dependiendo de la intensidad, el resto de la cuarentena. Así que, a lo mejor ahora no podemos regalar libros, pero seguro que si buscamos por algún rincón encontramos mil historias en las que sumergirnos, aunque también podemos observar las ventanas, que ahora escuchan como lo hacían los árboles entonces.
INICIATIVAS LLENAS DE AMOR
Tal vez no podamos salir a la calle a comprar rosas, pero hay muchas floristerías que han plantado flores durante esta cuarentena para llevarlas a casa. Colvin es una empresa que envía flores según su temporada a domicilio por las ciudades españolas como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga o Zaragoza. Es una empresa que está teniendo mucho éxito durante el confinamiento, pues se está haciendo notar y cada día ruge con más fuerza. Sin embargo, hay otras que se están apagando, por eso, es muy importante que cuando salgamos de casa ayudemos al pequeño comercio que nos ofrece el mismo oficio, pero lo hacen con mucho amor y poca ayuda.
La pasión nacida del amor es el motor de las cosas bonitas y para cosa bonita lo que ha hecho el escritor Javier Castillo (@javiercordura). Cada año desde que publicó su primera novela El día que se perdió la cordura está presente en Barcelona firmando libros y dando abrazos el día de Sant Jordi, pero al no poder ser, ha escrito nueve dedicatorias distintas que se pueden descargar de su nueva novela, La chica de nieve.
Firma La Chica De Nieve